Nuestros Pueblos
Con el rostro impregnado de amanecer en la mirada,
clamamos la claridad legìtima, de la dignidad, de la lealtad;
y para nuestros sabios pueblos, el derecho a subsistir en paz
y armonicamente en la comunidad, corazòn de nuestros territorios.
Alzamos nuestras voces, como un sìmbolo de libertad autèntica
en medio de un monte de àrboles espesos, cerros y montañas eternas
abrazados o tomados de la mano, hombro a hombro; comunicàndonos
agradeciendo a nuestros padres por el soplo de la vida y de la muerte.
Enseñamos nuestra fuerza; la misma con la que fuimos formados
iluminando al mundo, con un solo destello de fuego
ràfaga de viento, lluvia precisa, para la cosecha futura
de la gran naciòn del humano nuevo de maìz;