Ju’lajuj Keme
Autores Invitados : Carla Cofiño y Jose Coutiño.
En una cueva, todos los sonidos externos son suavizados por la roca y la tierra, pero esto hace que los sonidos del latir del propio corazòn y la respiraciòn sean audibles. De la misma manera, la quietud contemplativa nos aleja del clamor cotidiano, pero nos permite oir lo sutil en nuestras propias vidas.