El amor
Te trajeron, con los ojos tristes, con los labios callados,
te tomè en mis brazos, acariciando el silencio
como lo acordaron nuestros padres.
Arrropè tus tristezas, te ofrecì mis cuidados y el desapego,
volviendo el brillo tibio de la vida en el espejo de tus ojos,
como una flor en primavera, enjambre del tiempo.
Amamos aquella chocita sin mas calor que de flores,
en la esquina de un cerro al lado de un rìo,
como el alma natural de los pueblos, tambien el barro y el agua;
porque ese es nuestro origen y en el nos fundimos para la tradicion duradera.
Morimos naciendo de nuevo, ahora en un mundo distinto, tan lejos o cerca ,
nutriendo el momento, el segundo de espera, con aire y nostalgia.
Perdura la esencia en la presencia de la salida del sol,
lila, fuego naranja, con energìa expansiva,
en tonos brillantes y en el firmamento buscando todo este cielo,
cerca de la luna, reflejo de vida, nuestra plenitud.