El Universo Maya
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Eres
Autor invitado: Judith Berger
Eres un hijo de la tierra,
con el corazón del cielo,
con el poder del viento
alrededor de un resplandor
como el sol mismo. -
Maximon
Amada deidad, maestro de la virtud
sabidurìa innata de la dualidad
presente en la realidad natural y humana
donde existe lo uno con todo
eres camino a la virtud entregada a nuestra mente;
centro de pensamientos claros y concisos
libre albedrìo, voluntad pura, razonamiento… luz
y es allì donde aprendemos de tu mano, paso a paso
caminando los senderos de la vida
eligiendo, hasta alcanzar la linea humilde del equilibrio
coronàndonos como humanos integros y verdaderos.
reconociendo la sed de nuestro espìritu
lo esencial; no perdiendo sanidad en nuestro cuerpo
alcanzando el nivel energètico ideal al cambio favorable
apreciando tiernamente el absoluto total de la existencia
en la admiraciòn milagrosa de los fenòmenos del universo
ùnico regalo, tesoro de nuestros padres creadores formadores
nuestros ancestros, nuestros Dioses.
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Presencia, Esencia
Acaricio tu rostro infinito; moreno como el barro
con el suave perfume de emociones coloridas
arboledas verdes, como presencia de quetzal
vuelo existencial de atardeceres soleados.
Padre, madre, creadores formadores
ustedes son el viento fresco de estrellas plateadas
a veces pequeñas brillantes, inalcanzables
presentes en el matiz de los pueblos
voz memorable dentro de nuestros cuerpos.
Padres del mundo, luz de rayo de obsidiana
reflejo de lucièrnaga en una noche sombrìa
canto de grillos en la humedad de lluvia,
besando la tierra, expresado en la nota de un canto
cosecha, surgimiento amarillo, mazorca matizada de esperanza.
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Mimo
Beso tiernamente tu azulado rostro
humilde, agradecido, en tu ilimitada presencia
acariciando la espuma del mar, como gaviota en su vuelo.
El corazòn vibra acelerado, admirando, comprendiendo
bendiciendo la particularidad de tu creaciòn,
tildada de secretos, detalles y complementos
necesarios para la subsistencia de todo lo que posee vida.
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Creador
Majestuosa energìa formadora, supremo maestro artesano,
ilimitada inmensidad; devorando confines recònditos
insòlita neblina; envoltura de poder innato, natural
colores azulados, rosados en direcciòn a lila escarlata
dibujando senderos de estrellas, rostro de tu perpetuidad dulce
tu rayo luminoso, entra curioso en la rendija inmortal, perpetua
mirando directamente a nuestro corazon feliz o acongojado
como lluvia suave que renueva el poder de tu gloria
en los campos infinitos de la conversiòn.
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Silencio
Rìos de palabras resurgen del silencio
de la calma; recuerdo reposado en los ocèanos
mares revueltos en confusiòn de temores confesados
sin ser en absoluto entendidos, aceptados, adorados.
Soles puestos nunca vistos, envueltos en esplendor
belleza pura de una creaciòn exquisita y placentera
suspiros, amarrados en los ojos fuertemente entrecerrados,
germinando, armonizando en las olas de nuestra voluntad.
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Descontento
Se alborotan los seres de maìz en descontento
se juntan en rincones obscuros, hùmedos y frìos
acompañados del habla y del murmullo de viento
desorientados; descubriendo el germen sensible de lo seres.
Versàtiles somos; acongojados damos cabida a nuestra fuerza
al dialogar con nuestros Dioses progenitores creadores.
Su dulce voz habita en nuestra memoria; en el lado afable
viviendo en el resplandor de lluvia, en la esperanza blanca
como un fuego calido, de selva magnifica imponente
simbolizada en flores coloridas de una primavera eterna.
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Seres
Salpican pensamientos como aves en revuelo
hablan con nosotros en la intimidad de un sueño;
en el aposento secreto de emociones y pensamientos
abordan pausado, quedito, conversando con cuidado
casi con arrullo, para no adentrarse màs allà del horizonte
bordando con la prudencia de un hilo de cariño
con momentos duraderos, de materiales ya olvidados
en un pequeño rinconcito de nuestro pecho.
Manantiales de ternura se desbordan de una orilla
hasta llegar al ocèano… comprensiòn de lo aprendido
raìz nuestra que si fuè semilla, pero ahora sendero
hùmedo, agradable, delicado y risueño.
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Pensamientos
Diminutos, pequeños pajarillos de la mansion del mundo
tiritando o volando en medio de lluvia o de una blanca nube
surgen uno tras otro como cadena de tiempo, en la neblina
vibrando, creando, transmitiendo al paraiso esencia de vida.
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