El Universo Maya
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Tercer Principio, Para Vivir Bien o Vivir en Plenitud
Autor invitado: Fernando Huanacuni Mamani
Fotografìa del Ballet de Amalia Hernàndez
Saber danzar, entrar en relación y conexión cosmotelúrica, toda actividad debe realizarse con dimensión espiritual.
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Segundo; de los Trece Principios Para Vivir Bien o Vivir en Plenitud
Autor invitado: Fernando Huanacuni Mamani
Saber beber. Antes de beber se inicia, dando de beber a la Madre tierra, a los mayores. Beber, tomar, completarse, entrar al corazón, sacar del corazón y emerger del corazón para fluir y caminar como el rìo.
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Uno de los Trece Principios para Vivir Bien o Vivir en Plenitud
Autor invitado: Fernando Huanacuni Mamani
Saber comer, saber alimentarse, no es equivalente a llenar el estómago; es importante escoger alimentos sanos, cada luna nueva se ayuna; y en la transición ciclo solar, se debe ayunar cinco días (dos días antes y dos días después del día del sol Solsticio de Invierno). En la cosmovisión Maya y Andina todo vive y necesita alimento, es por eso que a través de las ofrendas damos alimentos también a la Madre Tierra, a las montañas, a los ríos. La Madre Tierra nos da los alimentos que requerimos, por eso debemos comer el alimento de la época, del tiempo, y el alimento del lugar.
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El Buen Vivir
Autor invitado: Fernando Huanacuni MamaniEl ser humano hoy tiene que detenerse y ver hacia atrás, también hacia el horizonte, y preguntarse acerca de cómo se siente, como está. Seguramente sentirá que hay soledad y desarmonía a su alrededor. Hay un gran vacío dentro y fuera de cada uno, y es evidente que se han desintegrado muchos aspectos de la vida: individuales, familiares y sociales. Es una desintegración colectiva que ha anulado la sensibilidad y el respeto por todo lo que nos rodea, resultando en una civilización muy infeliz y extraordinariamente violenta, que se ha convertido en una amenaza para sí misma y para todas las formas de vida.
Vivir Bien o Buen Vivir, es la vida en plenitud. Es saber vivir en armonía y equilibrio, en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia. Y ese justamente es el camino y el horizonte de la comunidad; implica primero saber vivir y luego convivir. No se puede Vivir Bien si los demás viven mal, o si se daña la Madre Naturaleza. Vivir Bien significa comprender que el deterioro de una especie es el deterioro del conjunto.
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Los Ecos
Fotografìa: Hugo Altàn
Los ecos en los barrancos, cantan con el viento……….
mientras la neblina acaricia las cùspides de los volcanes.
Asi la voz del fuego tirita en la lumbre, regocijando el espìritu,
embalsamàndolo, en el hilo que une la vida, con el todo;
con el ancestro viajero, que majestuoso habita el bosque
o como dueño total y absoluto del cerro.
Brilla su silueta en medio de la luz
desapareciendo, haciendose visible
en un momento, en un segundo
entibiando el corazòn de alguien olvidado
en un manantial melàncolico y triste.
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Inocencia
Autor invitado: Belejeb Chumil Tz´i
La inocencia, la pureza del corazón, una buena educación en el hogar, harán de estos niños, hombres y mujeres humanizadas… Insto a retomar los valores ancestrales, que están ahí, engavetados, ocultos, disfrazados, que las religiones ajenas a nuestra cosmovisión, hicieron que se durmiera, pero tiempo es ya, de recuperar la luz que llevamos dentro, y recuperar el conocimiento ancestral a travès de la práctica de la Espiritualidad Maya que no pelea con nadie, no confronta, porque tiene el principio de que Todos Somos Uno, (Xa Ôj Jun), Uno con el Todo que es Nuestro Creador Y Formador, llàmese Ajaw, Jeohovà, Ellí, EloHim, Alá, Hunab Ku, Nuestro Padre-Madre y le demos continuidad como lo hace nuestro Amado Nahual Lajuj K´at, Red Divina. Y que todas esas imàgenes y noticias dolorosas, han de desaparecer, practicando la ùnica ley El amor y su mandato: Ama a tu pròjimo como te amas a ti mismo.
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Los Cuatro Colores Del Sagrado Maìz
Autor Invitado: Belejeb Chumil Tzi
Rojo fuego de la sangre, Tojil de mil batallas, sagrado fuego del Universo, fuego consagrado del Espíritu, el Gran Kan Koyopá que abre y satura el Camino de Padre Sol, es nuestra esencia, de los que venimos de las estrellas: ¡Los Mayas y los Pueblos del Continente Americano! Negro del silencio, de la vida de los Ajmaq, del silencio de la Sabiduría, de la Regeneración, de los Ancestros, del Qanil, de la Entrada de Padre Sol, la del Balam de la Noche, para reparar los pecados y volver a nacer al siguiente día, con la ayuda de los ancestros para no seguir cometiendo los mismos pecados. Amarillo de la savia que persiste en el tiempo, la persistencia de la vida, la energía de la santa agua, médula de los huesos, luz que sana y vientre que germina en diversidad de formas, para la eternidad. Amarillo que alimenta el movimiento, que baña el espacio y que ayuda a la transmutación y a la psiquis. Blanco de la pureza, del respeto y de la obediencia, el que satura de blancura, del hálito divino, la esencia del aire al entrar a este mundo como esencia de nuestra respiración, del equilibrio, de la estabilidad, es el blanco mensaje de los Viajeros Estelares, el frío Viento del Norte (Tew Kakik) que trae los avisos de la Vida y de la Eternidad. Color de la magia blanca, la del milagro para comunicarnos con las 13 dimensiones, blanca, siempre blanca comunicación de la Tierra con el Cielo. Son los colores de las 4 constituciones psicobiológicas humanas existentes en este planeta. Son los colores de los cuatro cuadrantes, llenos de mazorcas energéticas, para alimentar nuestra materia, nuestra aura, nuestro ser espiritual. Son los colores, en su orden: de la alegría, la tristeza y el sufrimiento, la fuerza y la paz y la pureza…
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Reflexiones de un poeta maya – “K’o jun kinrayij kinbij, xa ne k’ut pa ri nutzijobalil” (Pido la palabra la quiero en mi propia lengua
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La Perseverancia De Marìa Ixim
Autor invitado: Elder Exvedi Morales Mérida.
¿Quién iba a imaginar que aquella señorita indígena lo lograría?
Cuando llegó arrastrando su humilde equipaje, luciendo su traje indígena y su rostro aldeano, algunos compañeros pensaron inmediatamente que fracasaría.
Nadie, absolutamente nadie, le dirigió la palabra. Todo fue silencio para ella. Siendo yo pueblerino, entendí que tenía el privilegio de iniciar a cultivar una íntima amistad con ella.
-¿De dónde viene? inquirí.
-De una aldea de Quiché-, me respondió con su escaso español.
-¿Cuál es su nombre? Seguí con mi interrogatorio, ante su casi silencio sepulcral.
-María Ixim.
Desde ese día, nos hicimos buenos amigos y nos ayudamos mutuamente.
¿Quién iba a imaginar que aquella indígena llegaría a triunfar?
La primera lección de piano que recibimos del ilustre pianista y filósofo guatemalteco, Juan de Dios Montenegro*, nos advirtió que el camino sería muy difícil. Y María Ixim y yo, estábamos en gran desventaja ante los capitalinos, ya que en nuestras comunidades jamás habíamos recibido siquiera una lección de música, mucho menos de solfeo.
-Demostrémosles que no por ser del interior del país, somos inferiores a los capitalinos-, me dijo inesperadamente, y eso me agradó en gran manera.
¿Quién iba a imaginar que María Ixim llegaría a lograrlo?
Como éramos pobres y no teníamos donde estudiar, me refiero a instrumento, compramos una caja de cartón y en él dibujamos un teclado de piano de cinco octavas. Las personas que nos observaban estudiando en ese imaginario piano, reían y nos señalaban de locos.
El tiempo pasó, como pasan los seres humanos y ya jamás vuelven. Gracias a nuestro esfuerzo y entusiasmo, logramos cursar el primer año de piano, y ya interpretábamos música de algunos grandes maestros como Beethoven, Mozart y Chopin.
¿Quién iba a imagina que María Ixim triunfaría?
En diciembre se nos notificó que la Escuela Superior de Piano en Francia ofrecía una beca. Para obtenerla, era necesario someterse a un examen público, el cual consistía en interpretar música de los maestros clásicos.
La única persona en interesarse, fue ella.
El día de la prueba, debió esperar alrededor de cinco horas, pues los aspirantes eran muchos.
La prueba fue muy difícil. Yo me irrité y lloré cuando a ella le tocó su turno. Sucedió que muchos, al ver por primera vez a una joven indígena en una actividad de esa naturaleza, se mofaron de ella; pero mi amiga jamás claudicó.
Es menester señalar que los candidatos eran doctos.
El embajador francés, acreditado en nuestro país, dijo más de una vez: “Buenos músicos tiene Guatemala”.
Al concluir el ajetreado día y lleno de emociones, el jurado le otorgó por unanimidad la beca a María Ixim, argumentando su admirable técnica pianística. “Pone el alma al tocar el piano”, expresó jubiloso nuestro maestro Juan de Dios Montenegro.
¿Quién iba a imaginar que la aldeana indígena llegaría a triunfar?
María Ixim viajó a Francia, donde se doctoró en piano y triunfó, como solamente triunfan los implacables soñadores, como triunfan los que al caer una vez, se levanta tres veces y perseveran siempre.
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Balance
Que el viento nos preste sus alas de ave,
con coraje de gardenia,
ascendiendo a lo sublime, rincòn de agua cristalina……
bebiendo, tranformando con su pureza lo imperfecto.
Diluyendo lo negativo del cerebro humano
acelerando un despertar fluido
en la era distinta, donde nace
la fuerza, la fè y el poder del fuego.
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