Casa
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Hermana
Persiguiendo por los campos mariposas
juntas; de la mano de nuestros sueños infantiles
luces inocentes en nuestro hogar, campos y caminos
a veces polvorientos con amaneceres dulces
en el ensueño; sonrisa de nuestra madre:
origen, pilar, raìz, sostèn… abrigo
Sonrisa fugaz en tus pupilas
en tu boca, el delicado nèctar de las flores
dìa que nuestra casita se lleno de la luminosidad de sol
transparente, al calor de nuestro fuego
transparente, a la luz azul del cielo.
Se esfumò tu rostro, desaparecieron tus manos
se marchitò la risa brillante
en la làgrima de un rayo solar
ese que obsequia la vida y tambièn la transforma
Pero ese viento marino suave aterciopelado y tibio
se deleita con toda tu presencia anìmica
juega con una caricia traviesa delicada
dàndonos en el rostro tu belleza, tu esperanza.
Ahora te veo en las nubes dispersas en el cielo
renaces; te veo de nuevo descendiendo en forma de lluvia
para bendecir nuestros campos sagrados
Don de los dioses eternos.
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Oraciòn
Oraciòn Cherokee
“… De mayo el cálido viento del cielo
Sople suavemente sobre tu casa.
Que el Gran Espíritu bendiga a todos los que entren en ella.
Que tus pasos hagan felices caminos en muchas fases
Y que el Arco Iris siempre toque tu hombro…”.
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Idioma
Tu idioma es la casa de tu alma.
Ahì viven tus padres y tus abuelos.
En esa casa milenaria
Hogar de tus recuerdos
Donde permanecen tus palabras.
Por eso no llores la muerte de tu cuerpo ni llores la muerte de tu alma.
Tu cuerpo permanecerà en el rostro de tus hijos
Tu alma enternece en el fulgor de las estrellas.
(Autor desconocido)
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Oxib’ Keme
Autores Invitados : Carla Cofiño y Jose Coutiño.
Es un error asumir que el significado que le damos a algo es tan concreto y tangible como el objeto mismo. No lo deberìamos confundir.
Por ejemplo, nuestra casa puede ser preciosa para nosostros, pero nuestro sentido de la belleza no tiene nada que ver con la construcciòn, viene de los valores y recuerdos que asociamos con ella. Si perdemos nuestra casa, debemos recordar que es lo que sentimos por ella; no solo la construcciòn misma, es la que determina nuestra pèrdida.