gente
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Mi Abuela…
Autor invitado: Gio Evan. El almanaque de la bruja.
La abuela decìa que hay gente
que tiene tè dentro de los ojos.
Manzanilla en la mirada.
Que los ves y se calma tu respiraciòn, los pensamientos.
Y despuès de conocerlos,
incluso los sueños se vuelven màs limpios.
Despuès de conocerlos
incluso los sueños sueñan mejor
Ella dijo que hay gente que no tiene miedo de tu dolor.
Ellos no tienen miedo de abrazar tus traumas,
saben poner las palabras correctas.
Personas que han aprendido a ir al sol tan bien,
que hasta saben acompañarte hasta tu puesta de sol.
La abuela solìa llamarlos «GENTE MEDICINA»
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Horas significativas…
Novalis
Todos vivimos de lo que la gente nos ha dado en horas significativas de nuestras vidas.
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Expresiòn – Enseñanza
La verdadera paz entre los países sólo llegará cuando haya paz en las almas de la gente. (Proverbio Sioux)
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B’elejeb’ Kan
Autores Invitados : Carla Cofiño y Jose Coutiño.
Me convertì en un adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversaciòn de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintièndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresiòn de oir la voz de mi padre diciendo: «Cuando màs vacìa la carreta, mayor es el ruido que hace».
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Pensamiento y Reflexion
La cultura de una nación reside en las corazones y en las almas de su gente.-
Mahatma Gandhi.
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EL SANADOR
FUENTE: Leyendas de Santa Ana Huista, Huehuetenango, Guatemala. Elder Exvedi Morales Mérida.
El templo oloroso a corozo e incienso estaba esa Semana Santa de 1911. Las campanas con su añejo tañer pregonaban el júbilo colectivo.
En el antiguo pueblo había alegría, aunque en el vecino país de México había surgido la Revolución, y según los rumores, podría afectar a Santa Ana Huista.
Jesús Nazareno lucía una nueva túnica, que según decían, era un presente de Pancho Villa. En el retablo del altar mayor afinaban los últimos detalles. Las campanas continuaban llamando a los feligreses, y su voz se derretía en las montañas que avasallan al pueblo encantador.
Los milagros de Jesús eran muchos, y por eso llegaban a adorarle de diferentes lugares, especialmente de México. Ese día, la gente parecía mar en el mar: A las nueve de la mañana, llevada en hombros por los humildes devotos, salió de la parroquia Jesús Nazareno.
La mirada del dulce hijo de Dios hacía que en las almas brotaran jardines pletóricos de cantos divinos. La gente se arrodillaba a su paso y derramaba sus lágrimas. Un inválido que pintaba canas ya, rogó con todo su corazón al sanador volviera a caminar y dejar para siempre sus incómodas muletas.
Cuando la procesión iba por la esquina de la Ronda, donde el inválido se hallaba en oración profunda, Jesús Nazareno lo vio fijamente. Le sonrió y le dijo: “Arroja tus muletas y camina”.
El inválido obedeció y radiante la gente lo vio caminar a la par de la imagen. De boca en boca se divulgó ese suceso.
Esto sucedió en el pueblo religioso y místico de Santa Ana Huista.
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Te Veo
Surges en un ayer, cubierto de hojas
rostro de niño, con chispas de primavera
que arrasa praderas con flores.
Deseo de desierto, sin oàsis, sin gente……..